martes, 17 de julio de 2012

En mi Tibet mental

Estando el antes roto, salir por la azotea es la única solución y nos encontraremos abajo en un bar culquiera donde nos perderemos como la estela del avión en un cielo de perpectivas sin razón. Tú, agarrándote al timón de tu vaso, no te soltarás en 5 horas que pasaran pero tengo esperanza que en mi Tibet mental, la Ciudad Prohibida tiene ganas de romper su muros de seguridad, y que el alcohol que te engulló te traiga por un cambio de actitud y vivieramos un viaje fuera de la humanidad, sin huellas en la luna que contemplar y sin continentes que contar. Si quieres ahora las estrellas recitaran nuestro momento y la luna hará nuestro convenio sin reloj que ocultar

No hay comentarios:

Publicar un comentario